Jorge Wittwer Mulet, Gestor Cultural, nos comparte su opinión sobre el arte urbano Antofagastino.
Como indican Fernández y Campo, el término graffiti viene del italiano y significa “dibujo o escritura desprolija en una pared”*. Además indican que la humanidad ha dejado “signos de territorialidad o marcas”, en un principio eran símbolos, pero cuando “se generaliza la educación letrada se utilizan mensajes con palabras, vocablos y letras aisladas, fechas con números”**.
El interés por el arte urbano no es nuevo, Brassai, seudónimo del artista húngaro Gyula Halász, dedicó parte de su vida, en la primera mitad del siglo XX, a la investigación de estas manifestaciones. Como un paseante urbano, llevaba anotaciones sobre el lenguaje del muro en cuadernillos y los fotografiaba, una gran parte en los barrios obreros. Los vinculará como arte espontáneo con el arte primitivo y con el abstracto moderno***.
Cada ciudad posee características propias y Antofagasta nos ofrece algunas singularidades que permiten un recorrido que es una especie de gran galería frente al océano. Su pendiente desde el cerro al mar así como la luminosidad propia del desierto son algunas de estas características que hacen de Antofagasta un gran muro iluminado.
La diversidad en las propuestas de los artistas nos permite apreciar una amplia gama de estilos y técnicas que revelan el alto nivel que posee el graffiti antofagastino.
Uno de los principales aportes de estos artistas es que entregan una importante cuota de color a una ciudad situada en la costa del Desierto de Atacama permitiendo que nuestro árido paisaje se vea inundado de potentes trabajos cromáticos que contrastan con el agreste escenario en el que habitamos, podemos convenir que no a todos agrada esta forma de expresión que ha llegado para quedarse desde el siglo pasado y que ya es parte de nuestro paisaje cotidiano.
* Fernández; Campos (1987). “¿Arte rupestre o grafitti? Los grabados con leyendas de Abra Colorada, Jujuy. Una visión interdisciplinaria”. Hombre y Desierto, nº12, p.9
** Ibid., p.7.
*** Rubio, Olivia María (2008). “La magia de las paredes”. En: Brassai, et al. Graffiti Brassai, Madrid: Círculo de Bellas Artes, p.13-14.
Me hace mucho sentido lo que dice Jorge acerca de que en Antofagasta podemos hablar de una “galería urbana” cuando tocsmos el tema del graffiti.
En Antofagasta, tenemos buenísimos exponentes que realizan este arte y creo que como gestores de la cultura y las artes no hemos puesto en valor lo que este tipo de expresión nos cuenta acerca de nuestra ciudad y sus habitantes.